Es un procedimiento realizado para drenar el líquido que se encuentra en la cavidad pleural mediante la introducción de una aguja o catéter. Tiene fines diagnósticos o terapéuticos. Es una técnica realizada por el médico en colaboración del enfermero. La prueba no requiere preparación alguna. Se realizará una radiografía de tórax antes y después de la prueba.
El material necesario es:
- Ecógrafo
- Guantes estériles
- Gasas estériles
- Paños estériles
- Clorhexidina
- Povidona yodada
- Agujas y jeringas
- Lidocaína
- Set de catéter para drenaje torácico
- Llave de tres pasos
- Esparadrapo
- Tubos de cultivo aeróbico y anaeróbico
- Bote estéril sin aditivos de reserva
- Informar al paciente de la técnica. Sobre todo pedirle que no se mueva ni tosa o respire muy fuerte.
- Colocar al paciente sentado en la cama si es posible con los brazos colocados sobre una mesa o barandilla.
- Localizar la zona de punción con el ecógrafo
- Limpiar la zona con povidona yodada o clorhexidina
- Infiltración con anestésico local
- Aspirar con la aguja de anestesia local a la vez que se infiltra para confirmar la penetración en el espacio pleural.
- Por el mismo punto, introducir la aguja o catéter unida a una llave de tres pasos y a una jeringa.
- Aspirar mediante la llave de tres pasos y usarla también para vaciar.
- Sacar la aguja y colocar un apósito en la zona
El labor de enfermería en esta prueba es limpiar la zona de punción y pasarle al médico todo el material necesario. Después de la prueba hay que estar pendientes de posibles reacciones adversas. Es indispensable y obligatorio que tanto médico como enfermero registre todo lo relacionado con la prueba.
Las complicaciones que nos podemos encontrar en esta prueba son:
- Sufrimiento respiratorio
- Edema pulmonar
- Neumotórax
- Infección
- Acumulación de líquidos en los pulmones
- Sangrado
- Tos
- Dolor
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