martes, 11 de diciembre de 2012

Incontinencia fecal


Consiste en la pérdida del control de las evacuaciones que da como resultado el paso involuntario de las heces. El grado de incontinencia puede abarcar desde una pequeña pérdida con el paso de gases hasta una pérdida completa del control de las deposiciones.
Al igual que ocurre en el caso de la incontinencia urinaria, los cuidados no deben de estar solo centrados en el aspecto físico del paciente sino también en su dimensión psicosocial.
Las causas más habituales que provocan la incontinencia fecal son:

El estreñimiento crónico que hace que los músculos del ano y los intestinos se estiren y se debiliten, dando como consecuencia a la aparición de la diarrea y escape de heces.
Consumo crónico de laxantes.
Colectomía o cirugía del intestino.
Cirugía ginecológica, rectal o prostática.
Problemas emocionales.
Lesiones en los músculos del esfínter anal debido al parto.
Daño nervioso o muscular.
Hemorroides o prolapso rectal.








La incontinencia fecal no es en la mayoría de los casos un problema irremediable. El tratamiento apropiado puede acabar con esta situación, empezando primeramente por la identificación de la causa que lo provoca.
Deberemos de centrarnos en la mayoría de los casos en tratar de fortalecer los músculos pélvicos y anales así como estimular la función intestinal normal.
Deberemos también de prestar especial atención a la higiene de la zona perianal del paciente debido a la facilidad con la que las posibles irritaciones y heridas puedan desembocar en úlceras e infecciones. Por ello y aparte de mantener una buena higiene también es importante el uso de cremas y lociones que mantengan de forma adecuada la hidratación de dicha zona.

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